La importante tarea de llevar a cabo obra pública que posibilite una mejor calidad de vida a los residentes de nuestros barrios parece ser, algunas veces, una hazaña de titanes. Entre la lentitud del sistema existente, la falta de planificación, la poca voluntad y la escases de recursos, se torna casi un sueño encontrar proyectos urbanos de calidad en nuestros entornos residenciales.
Ciertamente podríamos tener largas discusiones al respecto si quisiéramos buscar una razón –o varias- a este enraizado problema en nuestro país. Sin embargo, encuentro interesante este artículo de Roy Allan Jiménez, quien expone su punto de vista sobre la importancia de los tributos y la forma en que estos son calculados para asegurar los recursos de los gobiernos locales para invertir en infraestructura local. Aquí lo comparto.