Esta entrada en el blog de “Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington DC” escrito por Mon Zamora nos trae algunas ideas sobre experiencias con huertos urbanos. Una buena iniciativa que deberíamos explotar más en nuestro país.
Brooklyn Grange
Lechugas, tomates, espinacas, coles y zanahorias. Bienvenidos a Brooklyn Grange, el huerto urbano de tierra al aire libre más grande del mundo. Abrió sus puertas en la primavera de 2010 y cuenta con dos sedes en la ciudad de Nueva York, sumando un total de 2.5 hectáreas. Aquí se producen más de 50,000 libras (22.680 kg) de verduras y hierbas locales cultivadas orgánicamente al año, proporcionando un oasis comestible para los amantes de la naturaleza local y gourmets. La sede principal se ubica en el popular barrio neoyorkino de Queens, sobre un edificio comercial de inmensos pilares capaces de sustentar todo el peso requerido para un huerto de tales dimensiones.
La joven empresa de agricultura urbana está gestionada por un equipo de personas comprometidas con una ciudad más sostenible y agradable. Se trata de una red compuesta por alumnos, inversores, terratenientes, socios de la comunidad y compañeros agricultores. Además, Brooklyn Grange ha logrado traspasar fronteras ofreciendo consultoría y servicios de instalación de techos verdes a clientes en todo el mundo.
Aunque el proyecto es con ánimo de lucro, se asocian con numerosas organizaciones locales sin ánimo de lucro para promover comunidades sanas y fuertes. También reciben subsidios de la Ciudad de Nueva York. Cultivan alimentos ecológicos – en su mayoría ensaladas y tomates. Un buen negocio y económicamente sostenible. Cada año experimentan con cultivos nuevos a la vez que cuidan de sus plantas perennes fiables, que vuelven cada primavera.
Los agricultores de Brooklyn Grange gestionan los huertos con gran cuidado y se adhieren a los estándares orgánicos. Desvían residuos orgánicos procedentes de docenas de diferentes canales para crear un compost que se repone continuamente y trae biodiversidad al suelo del huerto.
Brooklyn GrangeTambién están muy orgullosos de sus gallinas, especialmente de sus huevos grandes de color naranja.
Desde la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles apoyamos este tipo de proyectos urbanos por sus grandes beneficios sociales, económicos, ecológicos y para la salud de todos los ciudadanos:
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1. Beneficios sociales
Los huertos urbanos promueven el empoderamiento y la movilización de la ciudadanía. También favorecen la educación y el desarrollo personal en espacios seguros, ayudando a los habitantes de la comunidad a estar socialmente integrados.
2. Beneficios económicos
La agricultura urbana estimula la economía local, fomenta la creación de empleo y hace que la comida sea más asequible para la mayoría de los ciudadanos.
3. Beneficios ecológicos
Aquellos que alguna vez han gestionado un huerto urbano coinciden en que han ganado conciencia sobre los sistemas ecológicos de comida, la conservación del medioambiente, la gestión de agua proveniente de tormentas, la mejora de la tierra para el cultivo, y la mejora de la biodiversidad y del hábitat en la ciudad.
4. Beneficios para la salud de los ciudadanos
Los huertos urbanos dan fácil acceso a comida saludable. No solo fomentan la actividad física de los ciudadanos – requerida para el cultivo – sino que además aumentan el conocimiento de la comunidad sobre una alimentación sana.