Ciertamente, está más que comprobado, que las actuales estructuras de planificación en nuestra ciudad son etéreas o inaccesibles desde la percepción de los ciudadanos. Las posibilidades de interceder en las decisiones que afectan nuestros entornos inmediatos son bastante insignificantes, y las pocas iniciativas que se han ido desarrollando para acercar a estas dos esferas (la sociedad y los organismos administrativo a cargo de la planificación local) a través de la participación comunal pocas veces interesan al grueso de la población que ya se ha acostumbrado a su rol “marginal” en esta toma de decisiones.
Con esto no disculpo el poco interés que como ciudadanos a veces mostramos por el destino de nuestros barrios, y condeno por tanto el desinterés o apatía que invade nuestra actitud. Sin embargo, creo necesario realizar un mayor esfuerzo desde las administraciones locales para recuperar esos lazos necesarios entre los residentes y su entorno construido, ya solo recuperando ese compromiso e interés, se logrará con el aporte de la población, alcanzar cambios que ayuden a mejorar nuestros hábitats.
Este artículo plasma una interesante perspectiva de cómo puede la planificación urbana interceder a escala local al “acercar” a los habitantes las oficinas de planificación. A veces, pequeños cambios tienen grandes resultados…